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ATENCIÓN O DISTRACCIÓN

Una de las cosas que más nos ocurre y que es la razón por la que no conseguimos lo que nos proponemos es LA DISTRACCIÓN n o la falta de ATENCIÓN.

La distracción es muy común hoy que tenemos toneladas de información y diferentes estímulos visuales a través de las pantallas y de nuestra conexión a redes: las redes de información y las redes sociales. Nos vemos imbuidos en un constante salto de una cosa a la otra. Sin la atención adecuada podemos vivir distraídos en las redes constantemente y en un letargo que no nos permite enfocar nuestra atención en desarrollar nuestras habilidades y nuestro propósito en la vida. Las redes son fantásticas si tienes tu atención centrada en tu propósito de vida, porque a través de ellas lo realizarás. Pero si vives distraído, sin rumbo, sin saber qué hacer con tu vida las redes tienen también el poder de perderte aún más, dispersarte: distraerte del sentido que tu vida tiene para ti.

Si sientes que ha llegado el momento de expresarte genuinamente y definir cuáles son tus capacidades únicas para compartirlas, entonces es que te ha llegado el momento de ¡ponerte manos a la obra!

Y para ello puede serte útil tener en cuenta 2 aspectos fundamentales:

El primero es PARAR y SENTIR. 

Reconectar contigo. Parar unos instantes a definir lo que sientes y realmente quieres conseguir desde tu corazón. Ese es el centro energético que se conecta directamente con tu intuición, la parte de nosotros que sabe lo que realmente queremos por encima de cualquier cosa, por encima de nuestra mente racional y de nuestras creencias limitantes. Pero es igualmente crucial restablecer el vínculo entre tu mente racional (o intelecto) y tu corazón para que cada uno ocupe el lugar que le corresponde y que cada uno se dedique a hacer el trabajo que mejor sabe hacer. Es decir que tu intelecto y tu corazón se ubiquen en sus mejores posiciones y coordinen de forma coherente. El corazón define “el qué y el propósito” y el intelecto el “cómo hacerlo el servicio”. Es así como creamos nuestras vidas: conectando la razón con el corazón. 

Si solo usamos nuestra razón no encontramos propósito en lo que hacemos, porque nuestro verdadero propósito lo define el corazón. La mente racional  es un martillo, no le pidas que haga algo para lo que no fue creada. El corazón es la  inteligencia o la mano que usa ese martillo. Tu vida tiene un rumbo y luego unos medios para convertirse en realidad. Define con tu corazón el rumbo y con tu mente los medios para ir donde quieras llegar. Esa armonía corazón-mente es el pilar fundamental, una coherencia en paz no una lucha interna.

Muchas veces veo que la gente está en una lucha entre lo que le dice “la cabeza” o “el corazón”. Lo más óptimo es escuchar a ambos y armonizar sus mensajes porque lejos de ser contrarios son complementarios. Siempre hay una solución pacífica en la que  ambos mensajes son perfectamente compatibles. Pero recuerda que tu mente racional no está diseñador para elegir tu verdadera voluntad. Pon a cada uno en su lugar.

Si dejas a tu “cabeza” decidir el rumbo lo que suelo observar en consulta es que las decisiones que e toman se basan en patrones del pasado, o en la escasez, concepciones muy limitadas de uno mismo y de lo que uno puede llegar a ser y a lograr. La mente racional piensa en pequeñito, es más reflejo de nuestra pequeñez de miras que desde nuestra grandeza, trabaja para salvaguardar la vida no para hacerla grandiosa o plena. Pues lo dicho no le podemos pedir que haga más cosas de las cosas para las que ha sido creado un martillo. Pero la mano que lo usa sí es capaz de hacer infinidad de cosas más. Todo está al alcance para una mano. Usa mejor los dos para tomar decisiones: a tu corazón pregúntale “el qué, qué es lo que realmente importa” y a tu cabeza “el cómo lograrlo , que abra el camino hasta allí”. 

El segundo aspecto fundamental es que una vez sabes el “qué” y tienes ideas de “cómo”, entonces sepas ponerte en acción y caminar hacia el lugar al que quieres llegar. Hacerlo sin distracción, poniendo tu atención en tu propósito principalmente no en lo que está pasando alrededor.

Camina sin distracciones hacia tu sueño, ese con el que tu corazón se expande y vibra, el que te hace sentir que la vida tienen todo el sentido del mundo. El mismo asunto con el que consigues que tu mente se concentre y ejecute con diligencia. Te recuerdo que vivir sin sueños es vivir a medias. Los sueños son importantes para ti, para vivir gozando de la vida y de tu existencia y también son vitales para todos los demás, para el resto del planeta: porque tú viniste a compartir un don único que solo tú sabes expresar de una forma única y genuina. Y sin tu regalo, a este mundo, le faltará algo.

¿Lo sabes verdad?

Para conseguir vivir con propósito el primer paso  es volver a conectarte contigo  y recordar quién eres, saber qué es lo que realmente quieres, saber cómo hacerlo y lanzarte a ello.

Y desde ese punto de conexión llega la claridad para caminar sin distracciones.

En Siendo Uno tenemos herramientas muy poderosas para que puedas definir tu camino y tu hoja de ruta. Tenemos un método que he desarrollado  como resultado de amplia experiencia en la materia y que utilizo en mis cursos, sesiones individuales, clases y todas prácticas de formación. Siempre pensando en que conectes y realices cuanto antes tu mejor versión: porque este mundo te necesita auténtico! 

He guiado a muchas personas a reconectar con sí mismas y a tener el orden y la claridad para conseguir lo que se proponían. Y estaría encantada de que ahora pudieras ser tu quien utiliza nuestros recursos para llegar a hacerlo: a ser tu mejor versión sin complejos. Incluso que después puedas ayudar también a otras personas a hacerlo!

¡Te espero en consulta! 

Nunca olvides que ser tú es el mayor proyecto de tu vida y el mundo te espera.