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ESTÁS SIEMPRE DONDE MÁS SIRVES Y MÁS APRENDES

La vida siempre nos pone donde más servimos y donde más aprendemos 

La vida no se equivoca: siempre estamos en el lugar donde servimos más o en el lugar donde aprendemos más o ambas cosas al mismo tiempo. 

¿Sientes que ha sido un día pesado tomando decisiones? Siempre estamos tomando decisiones. Lo fundamental, más que las decisiones que tomas, es en base a qué las tomas (el propósito). Considera que los giros y vueltas que encuentras a veces en tu vida son necesarios. No solo porque son siempre en tu mayor beneficio (para ponerte donde más sirvas y más aprendas) sino porque te permiten tomar consciencia de lo entrenado/a que está para sostenerlos. ¿Cómo te das cuenta de que eres capaz de sobrellevar y lograr cosas si las dificultades o los retos no llegan?

No tienes por qué preocuparte porque nunca estás solo y nunca estás delante de ningún desafío del que nos seas capaz de salir con éxito. La vida te hará saber en todo momento  cuándo tienes que actuar de una u otra manera. 

Yo te pregunto. ¿A tí por qué te toca escuchar esto?

Lo que tu buscas es la paz, de cuerdo, pero no confundas la paz con la muerte en vida. No creas que ser feliz o estar en paz es que en tu vida no pase nada, todo te complazca y estés plácidamente disfrutando del tiempo pasar. 

¿Qué es la verdadera paz? ¿Qué es lo que roba tu felicidad? ¿Lo sabes?

Cuando se te olvida amar y pasar tiempo con los que amas. Tus vínculos con todo. Entonces llegará un gran amigo o amiga, o una de esas “pequeñas muertas en vida” que te hacen replantearte de nuevo la misma vida. Has de entender que encontrar sentido a la vida constantemente es muy importante. Hay pequeñas muertes de un lado que por el otro te abren nuevas oportunidades. Esos son los cambios. Qué es la muerte sino un cambio o una transformación? Cualquier situación que te haga replantearte el significado de tu vida, lo que es realmente importante, y te impulse a tomar mejores acciones en esa dirección es siempre una oportunidad. Sea cual sea el “vestido” con el que eso venga “puesto”. 

Cuando regresas a tu interior y lo comprendes, puedes volver a sonreír y a darlas gracias por el recordatorio a lo que ocurrido en tu vida. Si quieres fortaleza ante la vida, necesitas recordar lo que es real y lo que no lo es. Nada real puede perderse. Y solo el amor es real, los lazos y vínculos de amor son lo real. Aunque la vida de muchas vueltas y cambie mucho de forma en apariencia algo permanece y es que detrás de tantas formas lo único real serían los lazos de amor (no hablo del amor romántico sino de las relaciones entre seres humanos en general).

Antes de nacer ya tenías vínculos de amor y después de morir también. En vida tendrás muchas pequeñas muertes y renacimientos, duelos por quién creías ser y no eras o por lo que creías importante que no lo era tanto en realidad. Recuerda siempre los vínculos de amor. Valora a tu familia, tu pareja, a tus amigos, conocidos. No se te olvides de agradecerles todos los días. 

No se te olvide que cualquier que sea el problema que estás sintiendo, también pasará y regresarás a tu paz.  La paz del universo te sostiene al mismo tiempo. 

Puede que si alguien ha negado darte amor sea porque simplemente no sepa qué es o cómo dártelo. Tu debes de ser capaz de sostener tu paz y en esos momentos de duda, sea cual sea el cambio que más incertidumbre te esté dando o que más miedo te esté dando, saber que puedes con ello. Puede que pases por una pequeña muerte de una parte de ti. Pasa por esa pequeña muerte y haz tu pequeño duelo pero luego sal y vuelve a ofrecer tu vida entera a la vida.

Pídele a la vida que te coloque en ese lugar donde sirvas más y aprendas más.

 Y valora lo que tienes, lo que vives y con quién lo vives. Valóralo y no te canses de valorar. Incluso en los momentos de cambio aprovecha las despedidas y los momento de cambio en sí mientras los estés viviendo. Cuando te resulte un poco más difícil recuerda hacer un paréntesis. Cierra os ojos y pregúntate: 

¿Cuál es realmente el proyecto de vida que me emociona y que me inspira? Aceptaré todos los cambios que vengan y pondré un acento a todo aquello que me haga sentir vivo. 

Toda vida tiene sentido y funciona por impulsos amorosos (que no impulsividad). Si te preguntas ¿qué es lo realmente importante en tu vida en este momento? ¿Qué puedes hacer todos los días que te dé  realmente felicidad y que mantenga encendido tu impulso vital amoroso?

Recuerda que la vida te la haces divertida tú. Nadie es responsable de hacerte feliz ni tampoco infeliz si tu no les dejas. La vida es monótona si te la haces monótona tú. Siempre puedes elegir. Siempre es siempre, sin excepciones. Ante cualquier circunstancia puedes elegir que actitud vas a tomar. 

¿Qué necesitas hacer para recuperar tu impulso amoroso? No hace falta que sean cosas grandiosas basta con saber: a quién necesitas  decirle “te amo” o a quién quieres invitar a comer. También recuerda recibir el impulso amoroso de los demás. Acepta sus regalos y su ayuda. Di que sí, acepta la ayuda, acepta la guía de la inteligencia universal. ¡Y verás lo que ocurre!

Y sea lo que sea: lo supremo es el amor incondicional. No amas para que te amen, amas porque ese es tu impulso amoroso. Cuando el amor que das tiene condiciones es impuro, es condicionado si cada uno da a condición de recibir lo que cree que necesita del otro hablamos de una relación mercantil. El amor no pide, sólo da. Y el que da siempre recibe. Nunca falla. Si das recibes. Puede que no siempre de quién tu quieres pero siempre recibirás una proporción aumentada de lo que has dado. 

En cualquier situación de la vida, el amor (incondicional) es siempre una posibilidad, y en cualquier caso: no hay forma de que vivas sin amor. Igual que no vivirías sin respirar. Sería igualmente fulminante. Entonces: conecta con tus impulsos amorosos y  acepta ser guiado por la vida, no te resistas,  suelta tus expectativas y deja que la vida te guíe a un mayor éxito y bienestar.

Por último: no olvides bendecir la incomodidad que te hizo mover de donde ya no pertenecías. Porque cuando alguien o algo no es para ti puede que te lastime hasta que entiendas que no es para ti. A veces somos así, necesitamos naufragar para entender que no cualquier luz es un faro para nuestro barco.

Hemos de aprender a nutrirnos de buenos pensamientos a querernos y a sentirnos merecedores de todo lo bueno. Necesitamos tomar consciencia de nuestra tendencia a criticar y aprender a observar las cosas sin prejuicios desde el corazón. Hemos de recuperar la flexibilidad necesaria para contemplar los acontecimientos. Oír lo que se nos dice antes de responder, tomarnos el tiempo para absorber los jugosos beneficios de una situación y permitir que sucedan las cosas que deben suceder. 

Confía en la vida porque no se equivoca, de eso puedes sentirte seguro.